DV es un medio de comunicación libre y horizontal, que desde una perspectiva antiautoritaria, pretende subvertir los engranajes de una ciudad llamada Burgos. La limitación geográfica responde, en gran medida, al hecho de que, la gran parte de los propulsores del proyecto, tienen la buena o la mala suerte de residir en Burgos. Pero no en el Burgos oficial con sus politicuchos, especuladores, mafiosos del ladrillo y curas con olor a rancio, sino en el otro Burgos, desconocido y subterráneo, aún por descubrir.
DV no es solamente una página web, representa la sección digital de un amplio proyecto en el que también se englobaría un periódico con el mismo nombre.
Quien controla la información controla el poder. En Burgos esta sencilla ecuación se manifiesta de forma bastante abrumadora. Aquello que no aparece en los medios oficiales (todos ellos propiedad del conocido magnate de la construcción Antonio Miguel Méndez Pozo) no existe. Por ello, la difusión de información silenciada es uno de los principales ejes que articulan el proyecto, sin embargo DV no pretende desarrollar única y exclusivamente una actividad contra-informativa, en la actualidad hay numerosos espacios telemáticos que desarrollan con bastante dinamismo esta actividad, aquell@s que damos vida a este proyecto no nos contentamos simplemente con adaptar esta practica a nivel local.
DV aspira en convertirse en un instrumento de agitación de conciencias, apuntar donde duele y disparar con las armas del análisis y la crítica. Un espacio donde dar cabida a aquellas iniciativas que vayan surgiendo y que la censura oficial condena al silencio.
DV es una herramienta de difusión de luchas, ilusiones, sueños, proyectos, que no pretende caer bien a todos, evidentemente unos la odiarán, a otros quizás les guste.Si ladrán será porque galopamos. El sueño de un mundo nuevo y la necesidad de cambio evidente aquí y ahora, se nutre con la rebeldía, la insumisión, la lucha…no tenemos nada que perder, sino todo por ganar.
DV, proclama a los cuatro vientos que toda coincidencia nominal con otros “diarios” es meramente accidental, fruto de nuestra imaginación calenturienta, y de que nunca se nos diera bien la ortografía.
